Además de que la obesidad tiene consecuencias médicas graves también puede tener otros efectos sobre quien la padece como son los efectos psicológicos, emocionales, sociales y estéticos. En muchos casos, la gente no considera que la obesidad sea un problema médico o una enfermedad, sino que más bien la considera un problema estético.
Hoy en día, el modelo imperante de belleza marca que una persona atractiva debe ser una persona delgada. Por este motivo, aquellas personas que tienen un exceso de sobrepeso se sienten menos atractivas y que valen menos que las que no lo son. Esto provoca un grave problema de autoestima.
Al mismo tiempo y lamentablemente, existen varios estereotipos que giran entorno a la obesidad. En la sociedad está instalada la idea de que una persona obesa es perezosa e incluso ineficiente. Películas, telenovelas y series de televisión suelen presentar a las personas obesas como personas con un papel secundario, glotonas, torpes, vagas y que a menudo son objeto de burla.
Por estos motivos, las personas que padecen de obesidad deben enfrentarse cada día a una sociedad que a menudo no los trata como iguales, en la que lo habitual es que se sientan menospreciadas.
Para las personas obesas, las relaciones con el sexo opuesto también son más difíciles, ya que en estas relaciones, la atracción física ocupa un papel crítico. En muchos casos, y más allá de lo que puedan pensar los demás, es la misma persona obesa la que se aleja y se aisla de los demás por sentirse acomplejada con su cuerpo.