El entrenamiento de fuerza, también conocido como entrenamiento de resistencia o de pesas, es una forma de ejercicio que se centra en mejorar la fuerza muscular. Cuando se combina con una dieta rica en proteínas y baja en calorías, el entrenamiento de fortalecimiento puede resultar en un físico esculpido estéticamente agradable (¿quién no querría eso?), pero hay muchos más beneficios en el entrenamiento de fortalecimiento.
Prevención de la pérdida ósea
La mayoría de las personas comienzan a perder masa ósea a partir de los 30 años de edad. Los ejercicios de entrenamiento con pesas realizados sólo dos veces a la semana pueden mejorar la densidad mineral ósea y la fuerza. Las mujeres posmenopáusicas pueden beneficiarse especialmente del entrenamiento de fuerza, ya que tienen un mayor riesgo de desarrollar huesos frágiles.
Impulso del metabolismo en reposo
Incluso en reposo, una libra de músculo magro quemará el doble de calorías que una libra de grasa. Aumentar la tasa de metabolismo en reposo a través del entrenamiento de fuerza es una estrategia muy efectiva para asegurar la pérdida de peso a largo plazo.
Mecánica corporal mejorada
El entrenamiento regular de fuerza mejora el equilibrio, la coordinación y la postura. Esto es beneficioso para prevenir lesiones relacionadas con caídas en individuos mayores.
Manejo de enfermedades crónicas
El entrenamiento de fuerza junto con cambios saludables en el estilo de vida pueden mejorar el control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2. El fortalecimiento de los músculos alrededor de las articulaciones artríticas usando técnicas de entrenamiento de fuerza isométrica puede ayudar a aliviar algo del dolor en las articulaciones causado por la osteoartritis crónica.
Mejora de la energía y el estado de ánimo
Un buen entrenamiento de construcción muscular puede hacer que el cerebro libere endorfinas que dan un’alto’ natural mejorando los niveles de energía y el estado de ánimo. Los estudios también muestran que los hábitos de sueño mejoran con un entrenamiento de fuerza regular.
El entrenamiento de fuerza no tiene por qué limitarse a hacer ejercicio en un gimnasio. Empiece realizando un simple ejercicio de peso corporal, como sentadillas o flexiones de brazos contra una mesa o una silla, todos los días alternos. A medida que sus niveles de condición física y confianza mejoren, añada más ejercicios para aumentar la intensidad y acelerar aún más el progreso.