El estilo moderno de vida ha cambiado los hábitos sociales de niños y adultos en las últimas 3 décadas en casi todo el mundo, en donde por ejemplo, el ejercicio más pesado del día es caminar 30 metros de la oficina al automóvil y en el que es más barato comprar un refresco que una botella de agua, en donde la bicicleta de los niños y los juegos al aire libre han sido suplida por los monitores de televisión y de la computadora; estos cambios han provocado un aumento desproporcionado del número de personas con problemas de obesidad y diabetes.
La diabetes Mellitus tipo 2 es un trastorno en el que los niveles de glucosa (de azúcar simple) en la sangre son anormalmente elevados. Esto provoca un daño directo en las células, especialmente en las más delicadas o susceptibles: las de la retina, los riñones, los vasos sanguíneos y nervios periféricos, dando lugar a lo que los diabéticos conocen como “micro-angioneuropatia”: la afección de los pequeños vasos sanguíneos y los nervios periféricos. Este daño causa las complicaciones diabéticas más importantes, como es la dificultad en la cicatrización de heridas, la pérdida de sensibilidad cutánea, los trastornos circulatorios, la afectación de la visión, de la función renal, entre muchas otras complicaciones.
Es muy importante hacer notar que 80 por ciento de los pacientes diabéticos tienen sobrepeso u obesidad. La grasa, particularmente la que se encuentra entre las vísceras (grasa central), contribuye fuertemente a la resistencia de las células a la insulina, debido a la secreción de algunas hormonas por estas células grasas.
Existen varios factores de riesgo para la diabetes Tipo 2, entre los más importantes se encuentran la edad, la historia genética, la raza (más frecuente en hispanoamericanos) el tabaquismo, la falta de ejercicio, el consumo de refrescos y productos hiper-calóricos rápidamente absorbibles (azúcares y harinas refinadas), las dietas ricas en grasas saturadas (grasa animal) y los alimentos procesados.
Se ha demostrado que el estilo de alimentación y el ejercicio son los factores modificables más importantes para contrarrestar la Diabetes. Adicionalmente, diversos estudios han demostrado que como el intestino delgado del humano es muy largo (4 a 7 metros), diseñado para una dieta rica en fibra (como la de los hombres primitivos) y que la dieta rica en fibra requiere permanecer largo tiempo en el tracto digestivo para ser absorbida, sin embargo, el tipo de alimentación moderna favorece la absorción de los nutrientes en los primeros metros no permitiendo que los nutrientes lleguen hasta la última porción del intestino delgado, en donde también se mandan las señales de saciedad al cerebro. Al no ser estimulada esta porción, el individuo requiere grandes cantidades de alimento para sentirse satisfecho. Y las personas tienden a comer cada vez más.
El tratamiento inicial de la diabetes se enfoca principalmente en la disminución de peso y en mejorar el estilo de vida del paciente. En etapas más avanzadas también se utilizan medicamentos orales o insulina inyectada. Esto tratamientos han sido muy benéficos en pacientes disciplinados y ordenados. Desafortunadamente, un gran porcentaje de ellos no lo son, y se observa una gran cantidad de hospitalizaciones y complicaciones por diabetes hoy en día. Esto representa una gran carga para el sector salud y un alto costo económico y social para el país.
Actualmente, existe también una alternativa quirúrgica para aquellos pacientes resistentes a los tratamientos tradicionales, pues se ha demostrado que con los diferentes tipos de cirugía para el tratamiento de la obesidad la diabetes mejora sustancialmente y que con algunos tipos de ellas sorprendentemente la diabetes disminuye parcial o totalmente sin tener relación directa con la pérdida de peso como cabría suponerse. Entre ellas se incluye la manga gástrica que reduce el tamaño del estómago y la Omentectomía que consiste en recortar la grasa que hay dentro del abdomen cubriendo los intestinos a la manera de un mandil, lo que ocasiona una disminución de la resistencia celular a la insulina que se produce en el páncreas del paciente y que sirve para introducir la glucosa (los azúcares) dentro de las células y que estas obtengan energía de ese modo.
Sin embargo, las ventajas de estos procedimientos no han sido difundidas ampliamente en el medio médico como se debiera y por otro lado, los análisis de costo-beneficio aunque evidentes, se encuentran en etapas iniciales de estudio y desconocemos sus alcances a 10 o 15 años por lo que actualmente no se consideran como tratamiento de rutina para el manejo de la diabetes sin sobrepeso o sin obesidad.
Se ha observado que la manga gástrica y la Omentectomía son procedimientos que tienen la ventaja de no provocar desnutrición y que sí ayudan a los pacientes a disminuir los niveles de glucosa en sangre, a bajar de peso, a disminuir la presión arterial y el colesterol, es decir, han demostrado ser benéficos tanto en pacientes obesos como en los no obesos.
Lo mejor que se puede hacer para evitar la diabetes es mantener un estilo de vida saludable, evitando el sobrepeso con una alimentación balanceada sin azúcares refinadas, realizar ejercicio regularmente, y practicarse ocasionalmente un examen de los niveles de glucosa en la sangre. Si se detecta que hay aumento de ella, consultar con su médico para decidir cuál es el tratamiento más adecuado para su caso individualmente.